COMO UN AGUACERO
Sí, algo le
falta a mis manos. Tú lo sabes.
Tal vez la
ternura de ese niño
que vive a la
intemperie
y sabe que no
se le cumplirán los tres deseos.
Lo he visto
pintar océanos donde no hay orillas,
guardar sus
tesoros de cartón
donde nadie
lo espera.
Lo he visto
seguir dando vueltas
por este
sucio bulevar
con un
hervor de ausencias
en su pecho,
como si
estuviera perdido en un campo de maíz,
preguntándose
la causa del vacío,
el porqué de
la grieta en el paraguas
prostituyendo su futuro.
Nunca sabrá
cuantas personas
estábamos
dispuestas a quererlo.
Entonces
caigo en la cuenta
que no
siempre hay un lugar
para todos en
la vida.
Y que la
verdad se disuelve
entre dos
golpes en sol mayor.
Por eso
siempre regresas a mi casa
y me dejas
descansar sobre tu hombro
con la
intención de dejar atrás,
hombres y
mujeres con ojos
que husmean
su presa.
Yo me quedo
en los campos del olvido
con mis
trenes de papel sobre el viento.
Pero ningún
territorio está tan lejos
del bisturí
de la zancadilla…
Tú lo sabes, algo
le falta a mis manos,
algo como un
aguacero
y su run run
de amapolas.
Ese lugar
común que te salva
estremeciendo
trigales
cuando la voz
no alcanza
y nos hace
caminar por una calle
donde no ha
pasado nadie.
De mi libro Trs Vueltas de Llave
Julia Hernández
--- poema luciernaga
Comentarios
Avanzo y vuelvo al niño, sigo leyendo y vuelvo al niño, intento desentrañarte y vuelvo al niño...
No sé cuántas personas están dispuestas a quererlo... pero hay tantas vidas rotas de pocos años que sólo puedo concluir en el fracaso de la humanidad.
Sigo leyendo tu poema entre aguaceros y run run de palomas y me los llevo a mi reino del olvido.
Besos.
Abrazo